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La semana recién terminada, sumaría otros setenta muertos en nuestras calles. Mucha gente honrada fue despojada de su celular, entre el tráfico, el bus o caminando; desde las cárceles siguieron saliendo cientos de llamadas de extorsión, porque las compañías telefónicas aseguran –lo que no es creíble– “no pueden” bloquear la señal, pero si vender –a granel– teléfonos para el delincuente que los necesite. Una muchacha dedicada a la “Lucha Libre” fue asesinada a tiros, después de haber entregado su móvil… aparatos que, si no se pudieran reusar, no habría ladrones y asesinos asediando a los honrados. Finalmente me enteré de que una estudiante fue violada en un parqueo universitario, mientras decenas de radios de automóvil, baterías y otras piezas, son sustraídas, en parqueos privados pagados que –como los de los restaurantes– “no se hacen responsables” de nada, pero son muy eficientes, para cobrar la media hora “o fracción” a como
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