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El expresidente Alan García, cercado por la Justicia debido a supuestos malos manejos y coimas recibidas durante su segundo gobierno con motivo de la construcción del Metro de Lima, ha optado por pedir asilo en la embajada del Uruguay alegando ser objeto “de persecución política”. El pretexto es simplemente grotesco porque en el Perú de hoy no hay un solo preso político y nadie es perseguido por sus ideas o filiación partidista; y probablemente nunca ha habido tanta libertad de expresión y de prensa como la que hoy existe en el país. Eso sí, la otra cara de la moneda es que los cuatro últimos jefes de Estado son objeto de investigación judicial por presunción de robos y se hallan investigados por el Poder Judicial, con órdenes de arraigo y embargo de sus bienes, o prófugos. De otro lado, el exdictador Alberto Fujimori, condenado a 25 años de cárcel por
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