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La reciente crisis migratoria provocada por la inhumana y alocada decisión del presidente Trump de separar a los niños migrantes de sus padres, vino nuevamente a desnudar el sistema guatemalteco. La problemática de los niños migrantes no es nueva. Desde hace años se han dado las alarmas de la situación lamentable de miles de menores que intentan solos, sin padres, alcanzar el sueño americano. Lo nuevo fue la medida de separar a infantes migrantes de sus padres también migrantes. Desde luego que no se le puede achacar al gobierno de Jimmy Morales la situación general de la infancia, ya que es sin duda un problema estructural que históricamente viene aumentando hasta haber llegado ahora a parámetros inaceptables para la conciencia civilizada, alcanzando según las estadísticas e indicadores niveles brutales de desprotección, desnutrición, falta de escolaridad y mala salud. La situación de los niños migrantes solo vino a desvestir al país
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