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Sorprendente y triste me ha parecido el revuelo mediático y por redes sociales que ha causado el llanto y gritos desesperados de niñas centroamericanas, clamando porque no las separen de sus padres. Este desborde de emociones que pareciera pintarnos como una sociedad sensible y a los medios de comunicación como genuinamente preocupados por la “desintegración de las familias guatemaltecas”, es –en realidad– un chusco ejercicio de hipocresía… repugnante por inconsistente, con nuestra triste historia de país paupérrimo e ignorante. Para ponerle la tapa al pomo de la hipocresía chapina, circuló profusamente –me imagino– “como señal de protesta de guatemaltecos indignados”. La portada de la revista Time que burlándose de Trump, lo presenta dándole la “bienvenida” a una niña llorando. Sobre Time, hay mucho que decir; es una revista vieja y con tradicional juicio crítico bastante laxo y trastocado, de moral distraída. En 1938, por ejemplo, designó como “hombre del año”
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