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“¡No se vista como india!”, “!Con los indios no se juega¡”, “¡Ay, no sea india!”, eran las frases que –le contó Marta Elena a Carlos Arrazola, el editor de Plaza Pública – resonaban en las reuniones familiares y en la vieja casa patronal de la finca El Zapote, donde Marta Elena creció (https://bit.ly/2lf0pAr). Nadie imaginó que años más tarde, aquella niña emparentada con la oligarquía industrial, los Castillo, iba a ser la protagonista de una pequeña rebelión, desde el seno de su familia, contra la sociedad y contra todo un sistema. De esa rebeldía iba a salir un libro y muchas otras cosas más. Marta hizo un libro para hallar respuesta a esas grandes interrogantes que se le presentaban cuando era chiquita: ¿quiénes son esos que llaman indios y por qué les tratan así?; y ¿quiénes somos nosotros, oligarcas? Todo libro es un viaje hacia historias que, de otra forma,
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