Hay que votar por los partidos pequeños
Edelberto Torres-Rivas
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Edelberto Torres-Rivas
Las elecciones son el corazón del Estado democrático. Elecciones modernas, satisfactorias, racionales, mejoran el papel del Estado. Las elecciones pueden ir degenerando y terminar como una formalidad lenta, sucia, inservible. Guatemala es un ejemplo de decadencia electoral. Las de 2015 cierran un proceso. Se realizan para crear nuevos problemas. La decisión de votar o no votar y por quién hacerlo no es una acción aislada, particular, silenciosa. Se engañan los que en un escenario tan caótico como el que ha crecido en este último momento, como un jardín sin cuidado, se puede escoger fácilmente. La comedia de la crisis política es tan difícil como la que ocurre en una cocina cuya oferta de granos se encuentran mezclados. ¿Puede usted distinguir con rapidez entre el cilantro y el perejil? El voto no es elección de sabores pero cómo distinguir entre uno y otro de los 14 partidos que participan hoy día
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