Las heridas de Hiroshima (Godzilla mantiene su amenaza radioactiva)
Guillermo Altares
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Guillermo Altares
Cuando se produjo el accidente en la central nuclear de Fukushima tras el terremoto de 2011, se multiplicaron en Japón las búsquedas en Internet de una palabra: Godzilla. Este monstruo nacido en 1954 se había convertido en el símbolo del terror nuclear y parecía que había vuelto, esta vez con el desastre de la planta de Daiicha, que estuvo a punto de provocar un accidente comparable al de Chernóbil. No es extraño que esa criatura de la serie B japonesa, que ahora ha sido adoptada por el cine estadounidense, simbolice una era durante la que se ha mantenido la paz basándose en conceptos tan poco tranquilizadores como la destrucción mutua asegurada o el equilibrio del terror. Cuando se cumplen 70 años del primer bombardeo nuclear de la historia, contra la ciudad japonesa de Hiroshima al final de la II Guerra Mundial, los terrores de la humanidad parecen buscar nuevas
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