Desde los primeros ataques en la madrugada del jueves, las sanciones llueven: retirada la final de la Liga de Campeones a San Petersburgo, cancelación del Gran Premio de F1 en Sochi, declaración de deportistas rusos como personas non-gratas en el Reino Unido, rechazo de Polonia, Suecia y República Checa a enfrentarse a la selección de fútbol de Rusia en el repechaje para Catar-2022, himno y banderas prohibidos por le COI y la FIFA… y llamados para que Rusia sea excluida del Mundial de Fútbol, que ese país organizó en 2018, una medida que la FIFA no descarta. «El deporte tiene una importancia desproporcionada para los regímenes autoritarios. La eventual incapacidad de participar en competiciones golpearía duramente a Rusia», aseguró a la AFP el presidente del Comité Olímpico Británico (BOA), Sir Hugh Robertson. «Los rusos son apasionados del deporte. Albergar grandes eventos les entusiasma», por lo que una exclusión «provocará inmediatamente