«Llegué (a Australia) con el objetivo de ganar el torneo y convertirme eventualmente en el número uno mundial. Pero si juego así, no lo merezco. Es tan simple como eso», estimó unos minutos después de perder ante Shapovalov, que será el rival del español Rafael Nadal en cuartos de final. Ante la pregunta de si el puesto de número uno mundial forma parte de sus objetivos de la temporada, el alemán ahondó en su decepción. «Tras un partido así, pienso que es de locos hablar de ello. Primero me tengo que recuperar de esto», respondió. «No es culpa de nadie, solo de mí. Ni del técnico, ni de mi equipo, ni de ninguna otra persona. Al final de todo, como número tres mundial, debo asumir mis responsabilidades sobre lo que hago. Lo que hice hoy no fue lo suficientemente bueno para ganar a alguien como Denis», concluyó. El alemán había