Las veladas rumanas presentan temperaturas más suaves que las noches húngaras, algo que ‘a priori’ le vendrá bien a unos ‘Bleus’ con ganas de cambiar de aires tras su estancia en Budapest en la fase de grupos. Los hombres de Didier Deschamps llegan a la cita revitalizados luego de cinco días de descanso, y probablemente con los colmillos afilados a medida que cada partido cobra una importancia decisiva. «Ahora lo sabemos, o seguimos o nos volvemos» a casa, confesaba Paul Pogba después del Portugal-Francia del miércoles pasado (2-2). El centrocampista no ha olvidado que su equipo se soltó las riendas en octavos de final del Mundial de 2018 ante Argentina (4-3), después de una primera fase sin brillo. Pero, tres años después, Deschamps debe lidiar con el cansancio de sus tropas y con los diferentes problemas físicos. – Techo de cristal – La principal preocupación radica en el puesto de