Los Lakers han seguido los pasos de los Miami Heat, finalistas en Disney, ambos víctimas del periodo más corto de descanso entre temporadas de la historia. Con el arranque de la campaña las lesiones no tardaron en aparecer en Los Ángeles, cebándose especialmente en los dos pilares del equipo: LeBron y el pívot Anthony Davis, la pareja hasta ahora más temida de la NBA. Davis fue el primero en caer por un problema en el tendón de Aquiles en febrero. El desplome de los Lakers, que en ese momento eran segundos de la conferencia Oeste, se aceleró cuando Lebron, de 36 años, tuvo que parar en marzo por un esguince de tobillo. Ambos regresaron al equipo en las últimas semanas de la fase regular sin encontrarse al 100% y no pudieron evitar que los Lakers acabaran séptimos y tuvieran que ganarse el boleto en playoffs en el ‘play in’ (repechaje)