Siete años después de sus finales del US Open, Azarenka y Williams se volvieron a encontrar en la pista Arthur Ashe para otro memorable duelo, esta vez sin que la estadounidense tuviera el apoyo de la apasionada afición de Flushing Meadows. La bielorrusa, que no había vuelto a una final desde aquellas derrotas ante Williams en 2012 y 2013, esta vez fue capaz de remontarle una set en contra y vencerla por 1-6, 6-3 y 6-3 en una hora y 55 minutos de batalla. «¿Siete años? Bueno, siete es mi número favorito así que supongo que estaba destinado a ser así», dijo radiante la ex número uno mundial. «Estoy muy agradecida por esta oportunidad, por poder jugar ante esta campeona». «Es obviamente decepcionante, pero al mismo tiempo hice lo que pude hoy», dijo una cansada Williams. «Siento que otras veces he estado cerca y podría haberlo hecho mejor y hoy sentí