Ruth Bader Ginsburg, el ícono progresista de la Corte Suprema de EE. UU.
Su colega, la magistrada de la Corte Suprema Elena Kagan, resumió su desempeño así: Ginsburg “cambió la cara de la ley antidiscriminación estadounidense”.
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Su colega, la magistrada de la Corte Suprema Elena Kagan, resumió su desempeño así: Ginsburg “cambió la cara de la ley antidiscriminación estadounidense”.
Ruth Bader Ginsburg era de baja estatura pero su influencia fue enorme, tanto como líder defensora de los derechos de las mujeres al principio de su carrera como por ser una fuerza progresista en la Corte Suprema de Estados Unidos. La segunda mujer que logró ser magistrada en el máximo tribunal estadounidense murió el viernes a los 87 años, después de una larga batalla contra el cáncer de páncreas. Con sus distintivos collares y corbatines estilizados, esta oriunda de Brooklyn, amante de la ópera, era la decana de la corte y lideresa de facto de la coalición de izquierdas en un tribunal de mayoría conservadora. Nunca dudó en decir lo que pensaba, y su contundente frase “yo disiento” se convirtió en parte de su improbable legado como ícono de la cultura pop. Su cara enmarcada por gafas de montura oscura adorna camisetas, tazas y trajes de bebé, y su vida
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