Decenas de incendios forestales siguen causando estragos este viernes en la costa oeste de Estados Unidos, donde al menos 16 personas murieron esta semana y más de medio millón fueron llamadas a abandonar sus hogares para huir de la llamas. Una sequía crónica y fuertes vientos alimentan los fuegos esparcidos desde el estado de Washington, fronterizo con Canadá, hasta la ciudad californiana de San Diego, en la frontera con México. Pero aún es imposible evaluar el verdadero alcance de la destrucción, que se produce en medio de la pandemia del coronavirus que golpea al país, y que ya marcó récords. En el noroeste de California, el incendio denominado “August Complex Fire”, que se inició en agosto con una serie de rayos en los bosques de Mendocino, se convirtió oficialmente en el más grande de la historia en este estado, con más de 302.000 hectáreas quemadas. Las autoridades confirmaron 12 fallecimientos