La de las arrieras
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Los visitantes se admiran con las estructuras y pirámides del Parque Nacional Tikal, es un lugar místico, mágico y con una energía especial. Mi primer viaje a Tikal fue por tierra en 1974, en un picopito Toyota 1000cc, nos tardamos 17 horas en llegar, carreteras de terracería, era invierno y encontramos muchos lodazales en el camino y en Río Dulce no existía el puente aún.
Muchos años después cuando estábamos fotografiando el libro Ciudades Sagradas Maya, tuvimos el privilegio de entrar a muchos de los túneles de excavación que hoy en día están cerrados al público en general. Uno de los lugares que fotografiamos fue el Mundo Perdido, que es una de las áreas más antiguas de Tikal y de las últimas en haber sido encontradas. El turista es atraído a llegar al lugar por los espectaculares amaneceres y atardeceres que se divisan desde cualquier punto de sus terrazas.
Ese día nos tocaba entrar a los túneles del interior de la estructura 5D-86 en el Mundo Perdido, donde se encuentran dos mascarones del dios jaguar Balam, estos grandes mascarones decoraban el frente de una estructura previa perteneciente al Período Clásico Temprano.
Estos túneles de ingreso, casi nunca los abren y es impredecible que es lo que se puede encontrar en las paredes interiores de los mismos. Recuerdo que ese día había mucha humedad y calor. Equipados con sombreros con mosquiteros, chumpas y linternas en las cabezas, ingresamos, cuidadosamente observaba cada paso teniendo cuidado de no poner las manos sobre las paredes porque suelen haber muchos alacranes o excremento de murciélagos, unos 6 metros avanzados en el túnel con un fuerte aroma a piedra caliza húmeda, apunté mi luz al techo del túnel, al iluminarlo… noté que se movía, cerré los ojos y los volví a abrir y en efecto el túnel se movía y una lluvia de cositas que se desprendían del túnel caían sobre nuestro grupo de cuatro. De pronto el arqueólogo que nos acompañaba, dio un grito: son hormigas arrieras!!! Corran para afuera!
Las cositas que veía caer sobre nosotros, era un hormigazal de estas voraces hormigas que habían entrado a los túneles en busca de otros insectos. Se estima que un hormiguero de 10 años puede albergar aproximadamente 12 millones de individuos.
Al estar ya afuera, todos nos tratábamos de sacudir a las hormigas sin éxito, y de una me empecé a quitar toda la ropa, hasta quedarme en calzoncillos, todos siguieron mi ejemplo y de pronto los cuarto casi en cueros ahí paraditos… mientras un grupo de turistas que pasaba por ahí nos miraban con caras en estado de perplejidad!
Y pos les dije: HOT DAY, WELCOME TO TIKAL!
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Tras horas de búsqueda, Laura decidió acudir a las redes sociales. Pidió a los usuarios de Twitter y Facebook que le ayudaran a localizar a su compañero.
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