En la aldea del joven Rivaldo, en Guatemala, lo dan por muerto y velan su foto. Creen que su cuerpo está entre los que aparecieron carbonizados hace poco en el estado de Tamaulipas, México, en el camino que emprendió, junto con otros vecinos, para migrar ilegalmente a Estados Unidos. Vamos «castigados y somos 15 los que estamos en esta camioneta, ya nos cansamos, tenemos dolor en los pies y la cintura», le dijo Rivaldo, de 17 años, a su tía, en un mensaje de audio enviado el 22 de enero desde México. Fue el último contacto entre ellos. Dos días…