La del plan B
Sin Filtros
Publicidad
Sin Filtros
Un poco desilusionado con mi aventura, me acordaba de mi abuela Graciela que siempre me decía, mijito, al mal tiempo buena cara. El tercer día llegamos un poco tarde de la hora de entrada y noté que habían personas haciendo cola en unas taquillas. Me acerqué a averiguar y que creen… podías comprar tu entrada y gozar del maravilloso recinto de osos panda. Dentro de mí pensé que dos días de recoger popis de pandas y darles de comer, ya cumplía con mi compromiso moral de voluntariado, y aún no había podido hacer ni una foto. Plan B: el turista!!! Compré mi entrada de 9 dólares y a tomar fotos! Primero di una vuelta de reconocimiento por el centro de investigación de pandas, ubicar por donde salía el sol y por dónde se ponía, para programar fotos con buena luz, que al fin no me sirvió de nada, porque me
Publicidad
Publicidad