¿Cómo ve la situación de Centroamérica, principalmente cuando varios presidentes y gobiernos enfrentan crisis institucionales y democráticas?
– Yo veo la situación de Centroamérica de manera muy preocupante, siento que se están conjugando factores que están haciendo un momento explosivo para la región, quizá de los momentos más explosivos, que yo recuerde, desde los años de la guerra. Se están conjugando factores como: bajo crecimiento económico, altas tasas de violencia, una situación de pobreza que no logra mejorar y una migración que antes servía como válvula de escape y que ahora se está dificultando más avanzar a los países de destino. Entonces, tenemos la obligación de actuar con un sentido de urgencia para evitar que de verdad la situación se nos vaya de las manos.
¿Cree que es posible la integración centroamericana y así avanzar más en este proceso que inició hace 28 años?
– Tenemos que reconocer que, además de los problemas que mencioné, efectivamente en Centroamérica hay problemas políticos. Hay en este momento problemas de diálogo entre algunos de los gobiernos de la región y eso va a hacer más difícil el avance de la integración centroamericana. Pero eso no debería ser una razón para estancarnos, sino lo contrario; deberíamos pedirle a otros sectores que mientras el sector político se acomoda, el empresarial y los sectores sociales traten de avanzar en agendas comunes. El sector empresarial ha venido trabajando en interconexión, unión aduanera, aranceles. El sector social también tiene una agenda robusta de protección al medio ambiente y enfrentar el cambio climático. Es por esto que digo que no deberíamos detenernos, sino avanzar a esos niveles.
¿Entonces plantea que los grupos económicos tomen la “batuta” de la región?
– Lo que planteo es que deberían tener más iniciativa para lograr la integración, mientras se van acomodando mejor las situaciones a nivel político.
En su experiencia, ¿cómo podrían solucionarse los problemas políticos de la región?
– Hay que esperar, porque cada presidente está viviendo su propia situación interna. Obviamente, lo primero para un presidente es tratar de que se despejen los nublados y lograr tener a su país un poco ordenado para poder seguir con los diálogos políticos que se tienen pendientes para integrar la región. Entonces hay circunstancias que se entienden, pero mientras esto se arregle lo antes posible, mejor.