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En las próximas horas se pueden prever desenlaces y acontecimientos muy delicados: el gobierno está listo para imponer un Estado de Sitio como resultado de “desórdenes” provocados por las propias fuerzas de seguridad, que le permitan perseguir y encarcelar a disidentes o críticos, por “sedición” y ha puesto en marcha un proceso para descabezar a la Corte de Constitucionalidad. Mientras tanto, es previsible un escenario, en el que, en medio de un callejón sin salida legal, de manera forzada, la Corte de Constitucionalidad proceda a ordenar destituciones de altos funcionarios del Ejecutivo y ordenen sus respectivas capturas. Un lamentable pero inevitable choque de trenes.
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