El general de brigada Érick Fernando Melgar Padilla no durmió en una bartolina de la prisión de la Brigada Mariscal Zavala como lo había ordenado ayer el juez Miguel Ángel Gálvez Aguilar pocas horas después de su captura en Escuintla, porque a solicitud de sus abogados permaneció toda la noche –y madrugada de hoy– en una carceleta de la Torre de Tribunales. Y este martes ya se encuentra en el Juzgado B de Mayor Riesgo para cumplir la audiencia de primera declaración. Contrario a la imagen desgarbada que dio el lunes al ser trasladado desde su casa de descanso en el Puerto San José, donde la Policía Nacional Civil (PNC) lo aprehendió en presencia de fiscales del Ministerio Público (MP) y representantes de la CICIG, el todavía comandante de la Guardia de Honor se ha presentado a la judicatura con sus defensores, pero vistiendo traje completo y corbata, aunque igualmente