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El doctor Alfredo Saravia Santolino falleció ayer en un contexto de paz y armonía. Sus familiares, amigos y compañeros señalan que Saravia deja un gran vacío debido a que siempre fue una persona generosa y sensible, un profesional de la medicina de alto calibre, con estudios distinguidos en la Universidad de San Carlos y en las mejores universidades de los Estados Unidos de América. Su contribución en el área de medicina y científica fue invaluable. Fungió como jefe de la Sección antituberculosa del país por cuatro años. Su tesis de graduación se trató precisamente del tema: “La vacunación antituberculosa con el DCG en el medio escolar”. Su amplia trayectoria profesional significó haber formado parte de hospitales nacionales como el San Juan de Dios, el Roosevelt y el Asilo de Ancianos y hospitales privados como Bella Aurora y las clinicas médicas del Obelisco. En el área científica destacan trabajos como
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