¿Qué evaluación hace? – El proceso a nivel organizativo fue bastante bueno. El TSE demostró que una de sus principales fortalezas es saber organizar elecciones. No se dio el abstencionismo que se temía. – No se esperaba una participación tan alta. Fue una respuesta ciudadana muy interesante porque la gente no solo salió a votar masivamente, sino también diferente. Rompió todas las predicciones del “me toca” e hizo un voto cruzado muy interesante. ¿Qué deficiencias tuvo el proceso? – El gran déficit está en los propios partidos, que con sus prácticas de acarreos, compra de votos, coacción, generan conflictividad. Algo ejemplar desde lo institucional y lo ciudadano fue ensuciado. ¿El TSE estuvo a la altura? – En el tema de organización sí. Hay otros temas en los que el sistema electoral es muy débil. Hay una deuda pendiente. Tiene que haber investigaciones más a fondo para ver de dónde se