La última noche de un Presidente acorralado
La carta de su dimisión llegó al Congreso dos minutos antes de que empezara el día en el que se sentaría en el banquillo de los acusados.
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La carta de su dimisión llegó al Congreso dos minutos antes de que empezara el día en el que se sentaría en el banquillo de los acusados.
Cuando Otto Pérez Molina se presentó en el Tribunal de Mayor Riesgo, a las 9:30 horas, todavía era el Presidente de la República; tres horas después el Congreso aceptaba su renuncia al cargo.
Por la tarde, en la conferencia de prensa al final de su primera audiencia, los periodistas le gritaban: “General, general”. Ahí mismo fue cuando Pérez Molina aceptó que ya no tenía aliados, “yo siempre he estado solo”, dijo el expresidente para responder a lo evidente, que sus diputados y aliados políticos lo habían abandonado.
La frase del exmandatario contrasta con la imagen de hace cuatro años, cuando se preparaba para su cierre de campaña electoral en los comicios de 2011, donde miles de guatemaltecos alzaban el puño en señal de apoyo y cientos de militantes del Partido Patriota lo acompañaban en sus giras por todo el país. Sin embargo, las palabras de Pérez Molina en Tribunales se ajustan perfectamente a lo que vivió la noche anterior, cuando firmó su carta de renuncia.
La última noche en la Presidencia
El miércoles por la noche Gloria Guillermo, secretaria general de la Presidencia, recibió una llamada del entonces jefe del Ejecutivo para pedirle su presencia en Casa Presidencial. La funcionaria llegó a las 19:00 horas al despacho de Pérez Molina, donde la única compañía del exmandatario era su secretaria privada, Verónica García; fue en ese momento que este le anunció que renunciaría al cargo y que revisara la carta para poder firmarla.
Minutos después, Guillermo le daba luz verde a Pérez Molina para que firmara su dimisión al cargo. La carta fue autenticada luego por su abogado César Calderón.
Mientras esto sucedía, la fiscal general Thelma Aldana reconocía que el Ministerio Público (MP) había solicitado a Miguel Ángel Gálvez la captura de Pérez Molina, y una hora después se confirmaba que el juzgador había girado la orden de detención al todavía Presidente de la República.
Alrededor de las 22:00 horas, cuando los medios anunciaban que Pérez podría ser capturado en la mañana del jueves, el exmandatario dejó la Casa Presidencial. Según Calderón, el Presidente abandonó el recinto del Organismo Ejecutivo para dirigirse a su casa en la zona 15. Mientras tanto, en la zona 1, Guillermo esperó hasta las 11:58 para entregar a Dirección Legislativa la dimisión del mandatario.
A la una de la madrugada el vocero presidencial, Jorge Ortega, escribiría en el grupo de Whatsapp de la agenda presidencial que Pérez Molina había renunciado. La noticia explotó en las redes sociales, medios de comunicación nacionales e internacionales transmitían la noticia histórica. “Otto Pérez, el primer presidente de Guatemala desaforado ha renunciado”, se leía en los titulares.
La celebración tras la noticia no tardó en inundar la Plaza de la Constitución. El jueves amaneció con ruido de cohetillos, gritos, tambores y ondeos de banderas.
Se va sin despedirse
El domingo 22 de agosto fue la última reunión de Gabinete que organizó Pérez Molina, y el miércoles 26 de ese mismo mes fue la última ocasión en la que se reunió el Consejo de Seguridad; después de eso, el exmandatario priorizó su agenda para la preparación de su defensa. El lunes 31 de agosto dio una conferencia de prensa para aclarar que no renunciaría y que esperaría que el Congreso le retirara la inmunidad.
Sin embargo, ese mismo día le dijo al entonces vicepresidente, Alejandro Maldonado Aguirre, que renunciaría y que solo esperaría la votación del Organismo Legislativo.
El ex Presidente se fue sin despedirse, ya que por la mañana la Secretaria General recibía llamadas de Ministros y otros funcionarios para confirmar lo que los noticieros de todo el país informaban. Antes de que Pérez Molina fuera el primer presidente en funciones en sentarse en el banquillo de los acusados, varias instituciones ya habían retirado su fotografía de las oficinas de Gobierno.
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El catarí Nasser Al-Attiyah logró la quinta victoria parcial en este Dakar de 2021, la sexta si se cuenta el prólogo, en la undécima etapa disputada este jueves entre Al Ula y Yanbu, en Arabia Saudita, aunque la prueba sigue controlada por el francés Stephane Peterhansel (Mini).
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