“Enviado del mal, Satanás”
Líderes evangélicos se negaron a escuchar argumentos contrarios a la iniciativa que intenta que niños reciban instrucción bíblica en planteles educativos.
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Líderes evangélicos se negaron a escuchar argumentos contrarios a la iniciativa que intenta que niños reciban instrucción bíblica en planteles educativos.
Un grupo de pastores evangélicos afines al diputado Marvin Osorio, ponente de la ley para la Lectura, Enseñanza e Instrucción Bíblica en Establecimientos Educativos Públicos, Privados y por Cooperativas, manifestaron intolerancia y odio contra Carlos Mendoza, de la Asociación Guatemalteca de Humanistas Seculares, cuando afirmó que la norma viola la Carta Magna.
Ayer, Mendoza aprovechó el momento cuando Osorio hizo entrega de la iniciativa de ley a la Comisión Legislativa del Congreso. “El Estado es laico y no deben imponerse ideas religiosas. Viola también convenios internacionales”, dijo.
Como le apagaron el micrófono la voz del humanista se perdía en el salón donde se efectuó la actividad y por los gritos hostiles de los presentes. “Enviado del mal, Satanás”, le decían y lo empujaban para que interrumpiera su exposición.
Coléricos exigían que se retirara y más de uno lanzó una proclama para maldecirlo.
Mendoza abandonó el recinto y todavía afuera lo agredieron de manera verbal.
“El Estado garantiza la educación laica porque no tiene recursos para impartir clases de religión”, señaló.
En todo caso tendría que incluirse otras como la judía o la maya, además de la cristiana, añadió. “No se puede imponer”, añadió. El parlamentario permitió el penoso incidente y que los presentes se expresaran con intolerancia y odio.
Tras la salida de Mendoza la reunión continuó. El nombre de Dios y de Jesucristo se mencionó una y otra vez, a manera de justificar lo ocurrido.
Datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que el 45 por ciento de los guatemaltecos profesa la religión católica y un 42 por ciento la evangélica. El resto tiene otras creencias o ninguna.
La iniciativa de ley que impulsa Osorio busca que la lectura de la Biblia no desplace a la familia como fuente generadora de valores morales y espirituales sino que esta sea apoyada por la institucionalidad estatal.
Según Osorio, un programa de enseñanza religiosa representa una política educativa dirigida de manera directa al 87 por ciento de la población guatemalteca en detrimento de la minoría.
Según esta iniciativa de ley, el curso recibiría el nombre de Valores Bíblicos, con planes educativos sistemáticos, académicos, equiparables a las materias del Currículo Nacional Base.
Debe impartirse en los distintos niveles educativos en horarios ordinarios de clase.
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