Matilde García, Francisca Culpatán, Antonia Coz, Sandra Solares y Alejandra Quijay tienen un pasado en común marcado por el machismo y la pobreza. En su niñez ninguna de las cinco pasó de la primaria a la secundaria pero cuando adultas decidieron que sus hijos no repetirían su historia.
Ayer, el diplomático estadounidense Felipe Bosh, presidente de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa); Juan Carlos Paiz, comisionado presidencial de Competitividad e Inversión, y Connie Beneitez de Paiz, presidenta de la Asociación de Gerentes de Guatemala, escucharon cómo la marca Wakami, que impulsa accesorios artesanales de alta calidad, ha cruzado la frontera del país gracias al trabajo duro de estas empresarias y sus equipos de trabajo.
Ninguna de la cinco sabía cómo sacar adelante una empresa antes de que María Pacheco, quien apoyó la iniciativa Creciendo Bien del gobierno de Óscar Berger y Hugo Cabrera, vicepresidente de la asociación Comunidades de la Tierra y de la junta directiva de Kiej de los Bosques, las invitaran a elaborar los diseños de la marca Wakami.
“Hoy son 18 las que dirigen una empresa y dan trabajo a 412 mujeres de ocho departamentos. La más grande está en Jocotán, (donde arrancó la iniciativa)”, explicó Pacheco.
Cabrera mencionó que lo inspirador de Wakami, es que quienes participan reconocen que es una plataforma que les ha permitido cumplir sus sueños. “Cuando hablan no dicen que la prioridad es el dinero sino que sus hijos estudien, construir una casa o ayudar a otros a que terminen la escuela”, indicó.
Es el caso de Sandra Solares, quien consiguió terminar la escuela, graduarse en la universidad, comprar una nueva casa y en la antigua abrir un instituto del nivel diversificado en San José Pinula. Allí enseña a los jóvenes a ser emprendedores.
Wakami es conocida en 20 países, Japón, Estados Unidos y Arabia Saudí, entre otros. Ahora el reto es conseguir mercados fijos o inversionistas como Richard Ambrose, el primero en el país en invertir en esta marca.
Para Robinson si hay productos de alta calidad las personas de Estados Unidos van a comprarlos. “Hay que aprender de lo que hemos visto porque algo grande está pasando”, dijo.