El este de Ucrania recuerda a las imágenes de la Primera Guerra Mundial: soldados exhaustos en el fondo de trincheras embarradas, enormes cráteres provocados por los proyectiles, paisaje apocalíptico en pueblos y ciudades, etc.
La línea de frente “activa” se extiende a lo largo de 1.500 kilómetros en un eje norte-sur en el este de Ucrania, según el jefe del ejército ucraniano, Valeri Zalujny.
En Bajmut, uno de los puntos calientes, una sangrienta batalla opone desde el verano boreal el ejército ucraniano a las fuerzas rusas y a los mercenarios de Wagner, que progresan lentamente.
Miles de civiles viven aún en las ciudades bombardeadas, escondidos en sótanos, sin agua ni electricidad y dependientes de la ayuda humanitaria.
Sobre las zonas liberadas por Ucrania y asoladas por la destrucción, pesa todavía el riesgo de volver a caer en manos rusas.
Las tropas de Moscú ocupan el 18 por ciento de Ucrania, pero, según el general Zalujny, Kiev retomó un 40 por ciento de los territorios ocupados por Rusia desde la invasión el 24 de febrero de 2022.