Publicidad
Rodrigo Granda, uno de los líderes y negociadores de la extinta FARC, regresó sorpresivamente ayer a Colombia tras estar retenido unas horas en México por pedido de Paraguay, que busca procesarlo por homicidio y secuestro pese al acuerdo de paz con la exguerrilla. El confuso caso, con versiones encontradas entre las partes, desató una controversia diplomática entre México y Paraguay.
Paraguay informó que gestionó la solicitud de aprehensión ante México, pero el gobierno de Andrés Manuel López Obrador señaló en un boletín que Granda regresó a Colombia antes de que pudiera considerar el pedido.
A su llegada a Bogotá, el canciller de las FARC, como era conocido Granda en la época del conflicto, afirmó que “regresó voluntariamente” y denunció una supuesta maniobra del Gobierno colombiano para torpedear el proceso de paz mediante su captura.
Publicidad
Publicidad