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Sentados en semicírculo en un pueblo de pescadores de Venezuela, niños juegan barajas con fajos de bolívares, la moneda nacional, pulverizada por la inflación más alta del mundo. La escena transcurre en una calle de Puerto Concha, un caluroso poblado en el estado Zulia (oeste), fronterizo con Colombia, donde para muchos el bolívar es historia: tres reconversiones monetarias desde 2008 eliminaron 14 ceros a la moneda. Los billetes sirven para hacer coronas y otras figuras, además de ser usados por los niños, que se tiran en el suelo a jugar entretenidos. «Si vos pones cien, te ganas cien», explica una…
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