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El expresidente estadounidense George W. Bush defendió este sábado que el país luche contra los extremistas violentos, tanto los que están en el exterior como los nacionales, porque ambos proceden del mismo «espíritu infame». Bush, mandatario del país cuando se produjeron los atentados del 11 de septiembre de 2001, intervino en Pensilvania en el acto en recuerdo de las víctimas del vuelo United 93, aquel «excepcional grupo» que logró impedir un cuarto ataque aquel día al enfrentarse a los terroristas y hacer que el avión se estrellara en un descampado. El expresidente se refirió a los extremistas de dentro y fuera del país que comparten no sólo su «desdén por el pluralismo» y su «indiferencia por la vida humana», sino también, recalcó, su «determinación por profanar los símbolos del país». Aludía así, de forma implícita, a un episodio reciente de la historia del país, el asalto al Capitolio del pasado
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