Ortega convierte a Nicaragua “en una gran cárcel”, denuncian opositores
El mandatario, próximo a cumplir 76 años, ha acusado a los líderes opositores de intentar derrocarlo con el apoyo de Estados Unidos.
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El mandatario, próximo a cumplir 76 años, ha acusado a los líderes opositores de intentar derrocarlo con el apoyo de Estados Unidos.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, está convirtiendo al país “en una gran cárcel”, apuesta por imponer un “silencio total” y a que los nicaragüenses vivan “con miedo” en medio de la ola de arrestos que se han dado con miras a las elecciones generales del 7 de noviembre, denunciaron ayer analistas y dirigentes opositores.
“La apuesta del régimen es el silencio total, que vivamos con miedo”, escribió el analista político Eliseo Núñez en Twitter, quien recién abandonó Nicaragua tras denunciar que había sido “perseguido y amenazado de cárcel y de confiscaciones”.
Para la representante legal de la opositora Alianza Ciudadanos por la Libertad, Carmela Rogers, conocida como Kitty Monterrey, con el encarcelamiento de uno de sus miembros, Pedro Joaquín Chamorro, la noche del viernes pasado, “el régimen sigue avanzando en esta escalada represiva, que está convirtiendo a Nicaragua en una gran cárcel”.
La Policía de Nicaragua, que dirige Francisco Díaz, un consuegro de Ortega, mantiene bajo arresto a los aspirantes presidenciales de la oposición Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro y Miguel Mora, a quienes acusa de “traición a la patria”.
También a una ex primera dama, otros tres políticos, un dirigente empresarial, un banquero, un periodista y seis dirigentes de un movimiento político fundado por disidentes del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), incluidos dos combatientes históricos y antiguos compañeros de lucha del mandatario.
La ola de arrestos de varios líderes opositores, que se producen a menos de cuatro meses y medio de las elecciones en Nicaragua, en las que Ortega busca salir reelegido por cinco años, es una “nueva campaña de criminalización, odio y violación de derechos humanos”, según la Alianza Ciudadanos por la Libertad (CxL).
Para esa alianza, los sandinistas “están equivocados y deberían rectificar”, porque, a su juicio, “pretenden arrastrar a Nicaragua a los horrores de las dictaduras militares y los regímenes comunistas del siglo pasado, persiguiendo periodistas, asaltando medios de comunicación, secuestrando a media noche a opositores y manteniéndolos encerrados en aislamiento, sin derecho siquiera a asistencia legal y médica”.
Para la política opositora, “quienes se aferran al poder mediante la violencia, solamente están avanzando por un callejón sin salida”.
Este es el mismo guión fracasado de todas las dictaduras que durante décadas provocaron dolor y atraso a sus pueblos, pero terminaron desapareciendo en el basurero de la historia
Carmela Rogers, representante legal de la opositora Alianza Ciudadanos por la Libertad.
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