Con 10 asesinadas a diario, México enfrenta una crisis de feminicidios sumido en el desamparo de un Presidente que se muestra indolente, autoridades ineficaces y mujeres enfurecidas que exigen en las calles empatía y acciones concretas para detener la sangría.
“No entienden el problema del feminicidio. Es una violencia muy específica hacia la mujer que necesita medidas urgentes”, dice María Salguero, una geofísica que desde hace unos años elabora un mapa de estos crímenes en el país.
“Si (el presidente Andrés Manuel López Obrador) no entiende el problema, no va a entender nada la importancia de por qué se debe atacar a tiempo”, agrega.
Esta semana, decenas de mujeres se manifestaron en el palacio presidencial de México para exigir un alto a las muertes y la violencia de género, tras el asesinato de una niña de siete años que conmocionó al país.
El crimen de la niña vino días después del brutal feminicidio de Ingrid Escamilla, una mujer de 25 años que fue apuñalada letalmente y luego desollada por su pareja y que también generó furiosas protestas.
En 2018, ocurrieron 3 mil 752 asesinatos de mujeres, 10 diarios en promedio, según las defunciones registradas por el instituto de estadísticas (Inegi), el indicador más próximo para estimar el número de feminicidios en México, según especialistas.
La cifra difiere enormemente de los 912 feminicidios que la Secretaría de Seguridad registró ese año y revela serias deficiencias de autoridades para tipificar el delito. En 2019, el despacho de Seguridad registró 1,006 feminicidios. El dato del Inegi aún no está disponible.
La semana pasada, al ser cuestionado por la periodista y activista Frida Guerrera, el presidente, visiblemente incómodo, soltó un decálogo para atajar el problema: “Se tiene que respetar a las mujeres”, dar “castigo a responsables de la violencia contra mujeres” y un “no a los crímenes de odio contra mujeres”, fueron algunos de los puntos de su listado.
Dependencias gubernamentales lo divulgaron luego en redes sociales, donde el Presidente fue vapuleado con críticas que señalaban que se trata de una lista de obviedades y buenas intenciones. “No era lo que esperábamos”, dice Guerrera.