Recolector de basura y Señor de los Libros
Su obra ha trascendido las fronteras pues ha sido invitado a ferias del libro internacionales.
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Su obra ha trascendido las fronteras pues ha sido invitado a ferias del libro internacionales.
El hecho de haber estudiado solo hasta segundo de primaria no ha sido obstáculo para que José Alberto Gutiérrez haya dedicado los últimos 16 años de su vida a rescatar libros de la basura, que luego presta o regala a niños y jóvenes más pobres.
Inició su labor cuando iba al volante de un camión recolector de basura en las noches por los barrios ricos de Bogotá. Poco a poco, los libros recuperados se fueron agolpando hasta que su vivienda se convirtió en una pequeña biblioteca comunitaria que sirve a los habitantes del empobrecido barrio La Nueva Gloria y que Gutiérrez bautizó “La Fuerza de las Palabras”.
Su casa tiene 90 metros cuadrados y 70 de ellos los utiliza para cuidar a sus miles de libros y atender a sus lectores. “Quiero tener mi propio museo de libros”, dijo Gutiérrez, de 53 años. “Llevo muchos años recogiendo libros que dejan en la basura, pero en los últimos años, como ya me conocen, me han donado miles de ellos”.
La pasión de Gutiérrez por los libros está íntimamente ligada a su madre quien le enseñó a quererlos aunque ella nunca tuvo recursos económicos para darle una educación formal.
“Mi mamá, que tiene 80 años, me leía (cuentos) todas las noches”, dijo Gutiérrez, que además advirtió que la biblioteca no hubiera sido posible sin el apoyo de su esposa y sus tres hijos. “Ella hizo que yo le tomara amor y fe a los libros. Para mí los libros son el mejor invento y son lo mejor que le puede pasar a un ser humano”.
Su obra recolectora ha trascendido las fronteras pues ha sido invitado a ferias del libro como las de Guadalajara, en México, y de Santiago, en Chile.
Su trabajo empieza a las diez de la noche de un día cualquiera y finaliza a las seis de la mañana del día siguiente.
Con satisfacción, Gutiérrez habla de sus libros más preciados. Aunque no los ha encontrado en la basura, no duda en afirmar que sus preferidos son Cien años de soledad y El general en su laberinto, ambos del Nobel de Literatura Gabriel García Márquez.
Pero como el mismo Gutiérrez comenta, los libros no son para acapararlos sino para rotarlos. Por eso cantidad de los libros que han pasado por sus manos han terminado en lugares remotos del país donde un libro es casi un artículo de lujo. Gutiérrez no le teme a la tecnología, no hay como leer un libro en el impreso.
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