La “jungla” de Calais, ciudad de inmigrantes
La creciente institucionalización del lugar se debe a las oenegés.
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La creciente institucionalización del lugar se debe a las oenegés.
“Esta va a ser resistente”, exclama, martillo en mano, Abdulaziz, un sudanés de 32 años que construye una choza en la denominada “Nueva Jungla” de Calais, en la costa francesa, frente a Inglaterra.
Desde que las autoridades abrieron en abril el campamento en lo que otrora fue un vertedero, parte de los 3 mil inmigrantes que sueñan con Inglaterra viven en él. Y desde entonces fue sufriendo metamorfosis y echando raíces.
Prueba de ello es su creciente institucionalización, gracias al material proporcionado por las oenegés.
Hace dos meses que Abdulaziz vive en este lugar en una tienda de campaña. “Ahora voy a poder resguardarme mejor gracias a las tablas de madera”, afirma. Y eso que compartirá los nueve metros cuadrados con otros ocho compañeros. “Quiero quedarme en Francia, que me dará más protección”, confiesa este sudanés que huyó de las “matanzas de Darfur” y espera que su solicitud de asilo prospere.
Quedarse en Francia también es el objetivo de parte de los afganos que se reagruparon para formar el “barrio comercial”. Allí las chozas hacen las veces de casa y de tiendas. Los refrescos, el papel higiénico y las conservas se apilan sin orden ni concierto en un “comercio” con precios sin competencia.
“Comenzamos vendiendo algunas botellas de agua y fuimos creciendo”, explica Arian, un hombre de 30 años procedente de Jalalabad que cada día atiende a una decena de inmigrantes.
Uno de sus vecinos es más afortunado que él en el número de clientes. Quizá porque se encuentra en la entrada del campamento. El cual está conectado a un circuito de agua potable y provisto de postes eléctricos. También cuenta con una escuela, una construcción algo más sólida con unos cuantos pupitres que todos los días, salvo el domingo, acoge a unos 20 alumnos adultos.
“Tenemos a 18 profesores, de toda la región, que imparten cursos de forma voluntaria”, explica un inmigrante. Una decena de ellos acude a clases de francés para aprender el vocabulario básico.
Más lejos, unos heridos que intentaron entrar en la zona del Eurotúnel de donde parten las lanzaderas para Inglaterra reciben cuidados en la tienda de campaña de la asociación Médicos del Mundo. Otros acuden por problemas de salud cotidianos.
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