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Eduardo Villalobos establece puentes de vida y muerte en “Ixtab”


Al tomar como referencia a la deidad mesoamericana del suicidio, Eduardo Villalobos reflexiona, en su nuevo poemario, acerca de cómo a Mesoamérica la tocan constantemente la muerte y la desgracia.

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Eduardo Villalobos (Guatemala, 1974)  no se acuerda exactamente cuándo conoció la historia de Ixtab. Pero la figura de esa deidad mesoamericana del suicidio le intrigó por mucho tiempo. Aunque en su nuevo libro de poemas no se adentra en su historia y origen, sí lo hace en el sentido de la vida, la muerte y las circunstancias tanto colectivas como individuales que atraen la muerte a Mesoamérica.

Eduardo toma precisamente el nombre de Ixtab para su poemario que será presentado hoy, a las 19:00 horas en Catafixia (Local #7 del Pasaje Rubio, en la zona 1). El autor cuenta: “En la cosmovisión maya, probablemente del Posclásico aparece esta figura que es una deidad de los mayas de Yucatán”. 

En el inicio del libro Villalobos cita la referencia que Diego de Landa hace de Ixtab en su obra Relación de las cosas de Yucatán: “Decían también, y lo tenían por muy cierto, (que) iban a esta su gloria los que se ahorcaban; y así había muchos que con pequeñas ocasiones de tristeza, trabajos o enfermedades se ahorcaban para salir dellas e ir a descansar a su gloria donde decían los venía a llevar la diosa de la horca que llamaban Ixtab”.

Eduardo señala que la deidad era representada por medio de una soga. Era una figura femenina, que otorgaba consuelo a quienes se ahorcaban (o se suicidaban) por lo que era interperetada como la deidad del suicidio. Afirma que probablemente su figura fue ignorada posteriormente por ir en contra de la moral cristiana que se impuso. 

Mesoamérica y la muerte

“Este no es un libro que hable sobre cuestiones cosmogónicas, ni que explore estas vertientes”, aclara Villalobos. Afirma que, más bien, utiliza la figura de la deidad para acercarse a otro hecho que también le ha intrigado. “Me parece que Mesoamérica es una región muy hermosa y  ha sido siempre tocada por la muerte y la desgracia”. Añade que en su libro hay una especie de  “reflexión sobre cómo la muerte nos ha tocado de maneras muy profundas a lo largo de la historia: La conquista, las pestes, la guerra. Como la muerte se ha ensañado”, asegura. 

En los versos que componen la obra Eduardo muestra otras muchas maneras de desolación y autodestrucción. “La tristeza, el exilio, el alcoholismo”, enumera el poeta, quien se refiere tanto a circunstancias tanto en el plano colectivo como en el íntimo. 

El libro, según su autor, tiene esa cercanía con la figura de la muerte y la autodestrucción. “No solamente la que nos imponemos nosotros los seres humanos sino también las que las circunstancias históricas, sociales y abandono de nuestra región, también nos imponen”, dice.

La presentación

Villalobos refiere que trabajar con editorial Catafixia se dio como un proceso muy natural.  “No hay muchas personas en Guatemala que puedan edita la poesía. Hay más editores para narrativa. Ellos tienen esa sensibilidad y el proceso fue muy agradable”. Este es el libro #14 de la colección ‘Bitol’ de Catafixia. 

En sus redes la editorial señala: “Es francamente un librazo sobre la posibilidad seductora de la muerte, sobre la belleza que hay cuando las fronteras del tiempo se borran, sobre las formas que nacen en la mente de un poeta que intuye ese lugar al final de la vida”.

Villalobos también comenta acerca de Vania Vargas y Arnoldo Gálvez Suárez, quienes  estarán a cargo de los comentarios en  la presentación de esta noche. De ella afirma que es una poeta que puede penetrar en el discurso que tiene ‘Ixtab’, porque posee la sensibilidad de desentrañar su contenido y explicarlo con facilidad a los demás. 

Indica que con Gálvez Suárez ha sostenido diálogos acerca de muchas de las cuestiones que aparecen en el libro y sabe que es capaz de descubrir de buena manera lo que el libro esconde y expresa. Hacia ambos, dice, les profesa admiración y aprecio. 

El autor y su trayectoria

Eduardo Villalobos

Aunque según recuerda, de muy joven comenzó a escribir algunos versos y cartas cuando estaba enamorado, su carrera arrancó formalmente en 1998 cuando publicó ‘El ojo en la vela’. Luego llegaron ‘Lunas sucias’ (2005) y ‘Los demás’ (2015). El autor afirma que, contrario a lo que sucede con otros escritores, sus primeras obras hablaban más de sí mismo, mientras que en las últimas dos, se proyecta más hacia afuera. 

Fue miembro fundador de la revista tayer, jefe de redacción de La Ermita y director de El lector. Ha colaborado con diversos periódicos y revistas. Su trabajo ha sido recogido en diversas antologías. Es catedrático universitario, editor y tallerista de reconocido prestigio. 

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Ana Lucía Mendizábal
Reportera de Cultura y Entretenimiento. Comunicadora con 30 años de experiencia en medios de comunicación escritos y digitales.

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