Los “santos griales” de la arqueología del mundo
Hay piezas y lugares que constituyen retos, hasta ahora insalvables, para los arqueólogos a nivel mundial.
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Hay piezas y lugares que constituyen retos, hasta ahora insalvables, para los arqueólogos a nivel mundial.
Templos, tumbas y sarcófagos de personajes que han dejado su huella en la historia de la humanidad son parte de las grandes incógnitas arqueológicas a nivel mundial. He aquí algunas de ellas.
1. El templo de Hércules
Apenas hace un mes, investigadores de la Universidad de Sevilla y del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico dieron a conocer el hallazgo de restos de un gran edificio romano y fenicio que, de acuerdo con sus características, podría ser el templo de Hércules Gaditano, antes dedicado al dios fenicio Melkart.
La estructura está ubicada en una zona costera de la bahía de Cádiz entre Sancti Petri, en Chiclana, y Camposoto, en San Fernando. Según una nota de El País de España, el edificio, localizado gracias a la nueva tecnología, tiene dimensiones de 300 x 150 metros.
Ya en el siglo I d. C., el geógrafo e historiador Estragón afirmaba que este templo era en el que los marineros hacían sacrificios. En esa misma época, el también geógrafo latino Pomponio Mela aseguraba que en él estaba enterrado Hércules.
2. La tumba y los restos de Alejandro Magno
Alejandro Magno murió en el 323 a. C., a pocos días de cumplir los 33 años. Para ese entonces ya había sido proclamado como rey de Macedonia, hegemón de Grecia y faraón de Egipto, además de gran rey de Media y Persia.
Sus instrucciones para su entierro eran exageradas, por lo que sus sucesores no las cumplieron. Pidió ser sepultado en Macedonia, y lo llevaron a Alejandría, donde se construyó un enorme templo llamado “el sema”.
Al estar expuesto el cadáver, el emperador Octavio Augusto le rompió la nariz, Pompeyo el Grande le robó la capa y Calígula saqueó su coraza. Luego, en el siglo IV se le perdió la pista.
Se cree que las inundaciones que sufrió la ciudad hicieron que sus cimientos y los restos de su fundador se perdieran. El propio Napoleón Bonaparte los buscó sin éxito.
Según National Geographic, hasta 2019 en Alejandría se habían emprendido más de 140 excavaciones en busca de la tumba de Alejandro Magno, todas ellas infructuosas. Sin embargo, la arqueóloga griega Calliope Limneos-Papakosta ha excavado más de diez metros bajo la Alejandría moderna y ha descubierto el barrio real de la antigua ciudad, lo cual podría haberla acercado a su objetivo.
3. La tumba de Quin Shi Huang
En 1974, el agricultor Yang Zhifa, sus hermanos y su vecino Wang Puzhi excavaban un pozo en los campos ubicados al noreste de Xi’an, donde encontraron el yacimiento en el que había 8 mil guerreros de terracota de tamaño natural esculpidos en el siglo III a. C. Según la Unesco, se trataba de la fastuosa tumba de Qin Shi Huang, primer unificador de China, quien había muerto en 210 a. C.
Los guerreros han sido exhibidos e incluso llevados a museos, pero la tumba del emperador no ha sido abierta. El historiador Sima Qian, del siglo II a. C., anotó: “Ríos de mercurio rodean la cámara funeraria del emperador”. Estudios científicos han confirmado que hay una gran cantidad de este elemento alrededor. Según se cree, la tumba sigue sellada porque se teme que su interior se destruya al exponerla a la intemperie y que quienes ingresen en ella puedan sufrir algún tipo de envenenamiento.
4. El sarcófago de Cleopatra
Este es otro de los misterios sin resolver. De acuerdo con el Servicio Egipcio de Antigüedades, la tumba de Cleopatra podría estar cerca de un templo de Taposiris Magna, al suroeste de Alejandría.
Según National Geographic, existen indicios que sugieren que podría hallarse bajo las aguas del antiguo puerto de Alejandría, o bien, como asegura el servicio egipcio, oculta en las arenas del desierto, junto al templo de Taposiris Magna. En este lugar se han encontrado monedas de oro con la imagen de Cleopatra y el año pasado se dio a conocer el hallazgo de una lengua de oro.
5. La tumba de Ahuízotl
Ahuízotl fue el noveno Huey tlatoani (gobernantes de la triple alianza que ejercían poder sobre el valle de México). Gobernó Tenochtitlan entre 1486 y 1502.
En 2006, un proyecto de investigación dirigido por el arqueólogo Leonardo López Luján encontró al pie del templo una lápida cuadrangular en la que estaba representada la diosa Tlaltecuhtli. En una mano tenía el signo Diez Conejo, que corresponde al año 1502. Precisamente el año en que murió Ahuízotl.
En 2015, López Luján localizó el primer túnel del que se tiene registro en el centro ceremonial mexica, bajo la calle Guatemala. Este túnel está a menos de 20 pasos de la escalinata del Templo Mayor y había sido sellado con una piedra de tres toneladas. En el sitio se han encontrado ofrendas, como un jaguar vestido como guerrero, y el esqueleto de un niño decapitado con emblemas del dios de la guerra Huitzilopochtli.
En 2019, López Luján dijo que creía encontrarse cerca del hallazgo de las cenizas del poderoso gobernante azteca. En 2021 se dio a conocer el hallazgo de un bajo relieve de un águila real en ese sitio.
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