¿Qué relación tiene un gato con la eliminación de Brasil? Esta teoría los conecta.
La eliminación del equipo en cuartos de final no solo tiene una explicación deportiva, algunos piensan que se derivó de una maldición.
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La eliminación del equipo en cuartos de final no solo tiene una explicación deportiva, algunos piensan que se derivó de una maldición.
La afición de Brasil llora por la caída de su equipo ante su homólogo de Croacia. Pero detrás de la derrota que significó su salida del Campeonato Mundial de Fútbol en Catar hay una polémica. Muchos piensan que su suerte quedó sellada cuando uno de los miembros del equipo maltrató a un gato que se subió en una mesa durante una conferencia de prensa.
¿Qué pasó con el gato?
Hace unos días el jefe de prensa de Brasil, Vinicius Rodrigues vio que un gato estaba acostado en la mesa que iban a ocupar los directivos de su equipo para dar una conferencia. Le pareció lógico sacar al animal del lugar y lo hizo como le pareció más práctico: lo tomó del lomo y lo lanzó a un costado de la mesa.
Los presentes no daban crédito a la acción y muchos mostraron sorpresa, mientras otros se reían. Los que mostraron nerviosismo quizás sí recordaron que en la religión islámica el gato es un animal sagrado ya que se dice que era el preferido del Profeta Mahoma.
Cualquier maltrato hacia ellos es considerado merecedor de castigo divino . Incluso muchos no creyentes señalaron como grosero e incluso abusivo el trato que se le dio al gatito. Las redes sociales se movieron entre la risa y la desaprobación total.
No hubo perdón: hubo eliminación
Ante la avalancha de críticas y advertencias, los jugadores de Brasil decidieron adoptar al gato e incluso lo bautizaron con el nombre de Hexa, como invocación a lo que esperaban fuera su sexto título mundial. Pero, si se sigue en la línea de lo que muchos piensan, el “antídoto” no funcionó: contra todo pronóstico, Brasil perdió el partido contra Croacia, un rival al que pocos lo hubieran apostado.
Habrá que ver si la selección del país sudamericano se vuelve a atrever a tocar los límites de la tradición de otros países.
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