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En una casa estadounidense, David L. Glove, rescatista de abejas , encontró que dentro de uno de los muros, se encontraba una gigantesca colmena.
Esta tenía más de 50 años de permanecer en ese lugar. Los dueños de la casa llamaron a los encargados para que revisaran sus alrededores ya que por las noches se escuchaba un zumbido tan intenso que era difícil poder dormir.
El experto utilizó un escáner térmico he identificó una colmena de 2 metros dentro de un muro. Por lo que debieron quitar pedazos del muro de la casa. Se tardó aproximadamente 9 horas en limpiar el lugar.
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