Una mujer de 85 años causó asombro al volver a su ancianato 10 días después de que hubiera sido enterrada tras morir por covid-19. Al menos eso es lo que todo el mundo pensaba, incluso su familia. Sin embargo, cuando apareció viva, se realizó una investigación que determinó que las autoridades certificaron su deceso erroneamente.
La agencia española de noticias EFE reportó que el 29 de diciembre Rogelia Blanco, de 85 años de edad, había sido trasladada junto a otros infectados de covid a un geriátrico en la ciudad de Ourense.
La Fundación San Rosendo, una entidad privada de beneficiencia que coordinó el traslado, explicó que entre las personas mayores trasladadas se encontraban dos mujeres que tenían asignada la misma habitación.
“Un error de identificación durante el proceso de traslado propició que el 13 de enero se certificase el fallecimiento de una de ellas, aunque equivocadamente se le asignó la identidad de su compañera”, admitió la fundación en un comunicado.
El entierro se celebró al día siguiente. Los protocolos de seguridad sanitaria obligaron a mantener cerrado el féretro, lo cual impidió a los parientes a ver el cadáver y detectar el error de identidad.
El error de identidad solamente quedó al descubierto cuando Rogelia Blanco se presentó el pasado sábado en el ancianato donde también vive su marido.
La fundación solicitó a los juzgados correspondientes anular el certificado de defunción e informó del error a las familias de las dos mujeres involucradas.
Las familias de ambas mujeres dijeron al diario La Voz de Galicia que el error generó una situación ” surrealista”.
La fundación calificó el error como un “hecho puntual de entre los más de cien traslados que se han realizado desde el pasado mes de diciembre”.