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En Inglaterra, un grupo de vándalos destruyó el nido de dos cisnes que esperaban el nacimiento de sus huevos. Uno de ellos falleció de “el corazón roto”.
Se presume según testigos, que los actos se cometieron por un grupo de adolescentes que fueron vistos tirando ladrillos y piedras directamente hacia el nido con los huevos de cisne.
Esto provocó que de los seis huevos, solo tres sobreviviera. Sin embargo, después el nido fue atacado por perros que saltaban, patos y una gallinas, lo que dio como resultado que solo quedara un huevo.
Además, el macho dejó el nido y no regresó. Según una activista de la vida silvestre, este habría dejado el lugar por el estrés que le causaron los hechos.
Lamentablemente la hembra que había quedado en el lugar fue encontrada muerta semanas después y probablemente murió de un corazón roto; porque tenía una pareja para toda la vida y él se alejó por el estrés.
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La aparición de la nueva cepa de la enfermedad contagiosa, identificada B117 (o también VUI-202012/01), fue confirmada por autoridades del Reino Unido el 19 de diciembre de 2020.
Cerca de 1,580,000,000 de estudiantes en todo el mundo dejaron de ir a la escuela debido a la pandemia del COVID-19. Esto es 90 por ciento del total de alumnos matriculados a nivel mundial, algo jamás visto en nuestra historia. Se cree que gran parte de ellos no regresarán al aula de clases a estudiar. ¿Qué le depara a nuestro mundo, tras este escenario? ¿Cómo podemos velar por un retorno a clase seguro para todos ellos?
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