El horrible caso apareció esta semana como parte de los 15 mil informes de casos republicados por el British Medical Journal. Según el informe que data de 2010, el hombre llegó a un hospital de Estados Unidos con un dolor intenso en el ojo. El pegamento se tuvo que quitar con pinzas finas y con una lámpara de hendidura para ampliarlo. “Hubiera sido mucho peor si el hombre no se hubiese lavado los ojos con agua inmediatamente”, informaron los doctores.

El producto era un pegamento de uñas de cianoacrilato, similar al pegamento, pero se vendía en un frasco casi idéntico a las gotas para los ojos. Los doctores escriben: “Inactivación de cianoacrilato ocular” o “súper pegamento”, la instilación se ha informado con frecuencia desde 1982, cuando se cambió el aspecto del bote de pegamento en botellas de cuentagotas de estilo oftálmico.

“Este informe de caso destaca el problema continuo de las lesiones oculares con cianoacrilato y ayuda como un recordatorio para los profesionales de la salud de informar dichos incidentes a los fabricantes de dichos diseños y organismos reguladores, en nombre de sus pacientes, para promover mecanismos de seguridad en todos los contenedores de productos químicos domésticos.