La ciudad fantasma rusa en el Ártico noruego
Debido al turismo creciente en Spitsbergen, Pyramiden se ha convertido en una curiosidad más de este mundo de montañas, fiordos y glaciares.
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Debido al turismo creciente en Spitsbergen, Pyramiden se ha convertido en una curiosidad más de este mundo de montañas, fiordos y glaciares.
En un destartalado muelle de madera, un hombre con una “ushanka” y un abrigo negro espera, fusil al hombro, el barco con decenas de turistas del Ártico, quienes vienen a descubrir la abandonada ciudad minera rusa de Pyramiden. Alexander Romanovski, apodado Sasha y oriundo de San Petersburgo, es el guardia de esta ciudad, que pertenece aún a la compañía rusa Arktikugol, pero asentada en la orilla de un fiordo de la isla de Spitsbergen, en el corazón del archipiélago noruego de Svalbard. “Svalbard es un territorio noruego, pero con un estatuto diferente, donde todo el mundo puede venir a vivir para trabajar”, explica Kristin Jaeger-Wexsahl, quien trabaja de guía durante el trayecto en barco desde el puerto de Longyearbyen, a unos cincuenta kilómetros. Tras el desembarco del grupo en Pyramiden, Sasha toma el relevo. El fusil continúa ajustado al hombro por si un oso blanco aparece. Son
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