Japón reconsidera la floración del cerezo para hacerla más diversa
La temporada del “sakura” ha causado una fiebre.
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La temporada del “sakura” ha causado una fiebre.
La famosa floración del cerezo en Japón cubre el país de un manto de delicadas flores blancas del popular árbol somei-yoshino, que hace las delicias de residentes y visitantes. Pero algunos quieren modificar la tradición para ampliar la paleta de colores.
La temporada del sakura (cerezo en flor) provoca una fiebre nacional, con los servicios meteorológicos compitiendo para acertar cuándo llegará y los japoneses tendiendo sus manteles de picnic para celebrar fiestas de observación de las flores.
La floración de la variante dominante somei-yoshino, que representa más del 90 por ciento de los cerezos plantados en Japón, dura solo una semana y suele producirse de forma simultánea en la misma región porque los árboles son clones de un único espécimen.
Más variantes
Aunque el árbol se ha convertido en sinónimo del sakura, es un creciente dolor de cabeza para las autoridades municipales porque esta cepa es propensa a las enfermedades y tiende a crecer demasiado para ser bien gestionada en zonas urbanas.
“Se trata de plantar la flora adecuada en el lugar adecuado”, dice Hideaki Tanaka, experto del sakura que intenta popularizar otras variantes.
“Hay todo tipo de sakura, no solo el somei-yoshino. Quiero ayudar a recrear los antiguos tiempos en los que la gente disfrutaba de una amplia variedad”, indica Tanaka, de 63 años.
Este hombre gestiona una granja en Yuki, en la prefectura oriental de Ibaraki, donde dispone de unos mil cerezos de 400 variedades distintas.
Su objetivo es convencer a las autoridades locales de todo Japón para considerar alternativas con pétalos de todas las tonalidades de rosa, incluso algunos verdes.
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