Guatemala tiene baja productividad
Cerca del 50 por ciento de la fuerza laboral trabaja en tres sectores con baja productividad.
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Cerca del 50 por ciento de la fuerza laboral trabaja en tres sectores con baja productividad.
El estudio Salarios Nominales, Salarios Reales y Productividad en Guatemala, que calcula la productividad por cada trabajador entre 2002 a 2019 sin efectos de inflación, reflejó que el comercio, agricultura e industria manufacturera reportan el 70 por ciento de la fuerza laboral, pero representan el 48 por ciento del producto interno bruto (PIB).
Este estudio es parte del proyecto Promoviendo el trabajo decente para todos, que ejecuta la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes) con el apoyo de la Unión Europea, dijo Luis Linares.
La investigadora del estudio Ana Sofía Domínguez, indicó que aunque la productividad reporta un incremento, al compararla con otros países como Panamá o Costa Rica, es menor.
Según el estudio, entre 2002 y 2019 la proporción de trabajadores en el sector agrícola disminuyó nueve por ciento y en el comercio aumentó cuatro por ciento. En el agro se da menor productividad, mayor informalidad e ingresos mensuales promedios más bajos; mientras que el comercio tiene más productividad y mayor fuerza laboral femenina.
Domínguez considera que hay que prestar mayor atención a estos sectores porque el comercio se está estancando en productividad, y es a donde migra la fuerza laboral.
Paul Boteo, director general de la fundación Libertad y Desarrollo, amplió que la agricultura emplea al 31 por ciento de la fuerza laboral pero aporta el nueve por ciento al PIB.
Retos
Según el estudio, el bajo nivel de educación, repercute en dificultades para la modernización de las actividades productivas y la creación de empleos de buena calidad.
Para María Frausto, investigadora y economista independiente, es necesario elevar el nivel de escolaridad media. Es preciso ampliar la cobertura educativa.
«Es una proporción muy grande de la población que se dedica a estas actividades, cuya productividad es muy baja, sus ingresos y salarios son también bajos. Sus condiciones de vida son malas», María Frausto, investigadora y economista.
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