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Para encontrar cómo fabricar y entregar sus bicicletas, Wayne Sosin, de Worksman Cycles, afirma haberlo intentado todo desde el comienzo de la pandemia.
Buscó en vano un contenedor para enviar carga a Arabia Saudita durante seis semanas. Eso sin mencionar al proveedor de neumáticos, a quien deberá esperar un año. O el precio de trasladar un contenedor de Asia a Estados Unidos, que pasó de unos US$6 mil a US$25 mil y US$30 mil.
«Realmente no es fácil», dice el hombre de 60 años a la ‘AFP’ sobre esta empresa con sede en Nueva York que se ha hecho un nombre con sus triciclos reforzados.
Entre cierres de fábricas por picos de contagios, una explosión en la demanda de ciertos productos como bicicletas y computadoras, la falta de personal en los almacenes o en el transporte camionero, el COVIDd-19 ha trastornado la economía mundial.
Y muchas empresas están luchando por encontrar suministros. Una multinacional como Nike advirtió que algunos de sus productos de calzado e indumentaria deportiva podrían no estar disponibles temporalmente.
Para asegurarse de que los estantes estén bien abastecidos a medida que se acercan las vacaciones, el gigante de los supermercados Walmart fletó sus propios barcos.
Para los responsables de las pequeñas empresas, los desafíos logísticos son de menor magnitud, pero igualmente un dolor de cabeza.
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