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Delanteros checos sorprenden a todos


Demasiado irregular, demasiado frágil… Patrik Schick y Kasper Dolberg han escuchado las mismas pegas desde sus inicios, pero en esta Eurocopa se han destapado y su duelo promete en los cuartos de final entre República Checa y Dinamarca el sábado en Bakú.

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– El “increíble” Schick –

Goleador elegante, con su globo desde 49 metros contra Escocia como carta de presentación, ya suma 4 tantos en el torneo y empieza a recordar a Milan Baros, máximo artillero de la Eurocopa-2004 (5 dianas) en la que los checos alcanzaron las semifinales.

“Es un jugador increíble y no son los últimos goles que va a marcar aquí”, avisó Jaroslav Silhavy después del doblete contra Escocia.

Pero tres meses antes el seleccionador estaba furioso con Schick (25 años), expulsado por un golpe a Tyler Robert que acabó provocando una derrota contra Gales (1-0), en un encuentro de la fase de clasificación al Mundial-2022. Y las críticas sobre su irregularidad arreciaron.

Porque antes de este verano (boreal) donde ha causado sensación, autor de 4 de los 5 goles de su selección, Schick acostumbraba a enfriar las expectativas depositadas en él a raíz de destellos de genio, como un lindo gol con la Sampdoria en 2017 al Crotone.

Schick llamó la atención de la Juventus, pero una pequeña anomalía en la revisión cardíaca arruinó el traspaso.

La AS Roma desembolsó la mayor cantidad de su historia (40 millones de euros) por él, aunque solo marcó 8 tantos en 58 partidos y dos temporadas. No dejó de ser un jugador elegante, pero decepcionó.

El delantero se relanzó en el RB Leipzig y después, en el Bayer Leverkusen, marcó más que en la Roma, aunque nunca llegó a cifras de goleador nato (23 dianas en 64 encuentros) y sigue pareciendo una promesa que no termina de despuntar, con cuatro clubes en cinco años.

“Es difícil decir con cuántos excompañeros me voy a encontrar en la Eurocopa, pero serán muchos”, ríe antes de medirse a Yussuf Poulsen, con quien coincidió en Leipzig.

Muchas pequeñas lesiones han frenado también su progresión, pero con la selección tiene más regularidad (15 goles en 30 partidos). Los daneses están avisados.

– ‘Iceberg’ Dolberg –

Los aficionados del Niza le pueden llamar “Casper el fantasma” cuando desaparece demasiadas veces de las convocatorias, algo que ha pasado en sus dos temporadas allí. Al igual que Schick, el danés (28 partidos internacionales, 9 goles), también el traspaso más grande de un club (20,5 millones de euros pagó el Niza para sacarlo del Ajax de Ámsterdam), puede brillar por sus ausencias.

Después de una primera temporada aceptable en el sur de Francia, con 11 goles en 23 encuentros, algunos de ellos muy importantes, Dolberg vivió una segunda campaña menos prolífica.

Aunque habría que definirla más bien como temporada tormentosa: víctima de un robo, lesionado en el tobillo, la cadera y los aductores, afectado por el covid-19 y, por si fuera poco, víctima de una apendicitis.

“Es humano dudar cuando pasamos por semejantes pruebas. Tiendes a pensar que el mundo entero está en tu contra”, explicaba.

Al final, en 25 partidos ligueros, logró 6 goles y 2 asistencias, un balance escaso para ‘Iceberg’, su apodo desde los tiempos del Ajax.

“Kasper está muy lejos de la imagen que tiene el público”, confía el austríaco Flavius Daniliuc, uno de sus compañeros más próximos en el vestuario del Niza. “También es muy fuerte mentalmente. Ha pasado por muchos problemas”.

Dolberg (23 años), con dos goles en la Eurocopa, no ha brillado tanto como Schick. Marcó un doblete ante Gales en octavos (4-0) pero también cometió un importante fallo contra Rusia (4-1).

“Tiene esta capacidad de permanecer en el partido, incluso con pocos balones, siempre tranquilo y lúcido”, señala el brasileño Dante, el capitán del Niza. “Al final marca sus goles, calmado como en su jardín, y se vuelve a su casa, normal”.

¿Quién volverá más feliz de Bakú, la República Checa de Schick o la Dinamarca de Dolberg?

Juan Corado
Periodista especializado en coberturas deportivas. Editor de la sección de Deportes

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