Conoce a Alfredo Rac Patzán, el poeta que representó a Guatemala en el Word Poetry Slam
Entre el 19 y el 21 de marzo, este artista independiente midió su talento con otros 26 participantes del mundo.
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Entre el 19 y el 21 de marzo, este artista independiente midió su talento con otros 26 participantes del mundo.
Tortillas recién salidas del comal de barro es el poema con el que el poeta guatemalteco Alfredo Rac Patzán compitió en el Word Poetry Slam que se celebró del 19 al 21 de marzo. En esta competencia poética, que se celebra desde 2011, Alfredo logró destacar primero como semifinalista y luego como finalista con una obra emotiva en la que exalta el legado de su madre y las costumbres en su vida.
En la primera de dos semifinales, Alfredo se clasificó como primero en la lista de los cinco participantes con mayor punteo. Él obtuvo 26.6 puntos y superó a Anna Moura, de Brasil, quien alcanzó 26.4 y a Crystal Vance Guerra, de México que llegó a 26.2.
En la final, el guatemalteco se midió con participantes de Grecia, Estonia, España, Sudáfrica, Martinico, Portgual, México y Brasil, y obtuvo el octavo lugar.
¿Quién es Alfredo Rac Patzán?
Nació el 10 de diciembre de 1987. Es hijo de Prudencia Patzán Sabán, una vendedora de rosas, y de Modesto Rac Yoc, un constructor. Creció en la colonia El Milagro, en la zona 6 de Mixco. Su participación en el Poetry Slam comenzó en 2011. En 2013 se coronó como campeón. Siete años después consiguió la corona del bicampeón en Guatemala y ganó el pase para participar en el Abya Yala Poetry Slam en Brasil en 2021. Sin embargo, por cuestiones personales no pudo ir al evento.
El haber participado en este tipo de competencias le ha abierto caminos interesantes. Gracias a ello, decidió estudiar teatro en Escenarte, en donde actualmente trabaja.
¿Qué es el Poetry Slam?
El Poetry Slam es un concurso de poesía en vivo que se celebra desde 2011. En él se evalúa el material poético y la ejecución escénica. Sus orígenes datan de los años 1980 en Chicago. Ahí, Marc K. Smith fundó las bases para esta competencia, que fue traída a Guatemala por Walter González.
Desde hace más de un decenio, la competencia se realiza en el café La Luna en Cien puertas en la zona 1. Sin embargo, debido a la pandemia se ha realizado de manera online a través del canal Letras en Directo de Facebook. Las reglas para la participación son: presentar un poema que no dure más de tres minutos, no usar accesorios y que los poetas deben ser de la autoría de quien los presenta. Para participar los interesados pueden inscribirse a través del correo poetryslamgt@gmail.com.
El poema de Alfredo
Este es el poema con el que Alfredo logró ser finalista en la competencia internacional:
Tortillas recién salidas del comal de barro
Alfombras verdes
nacidas en el bailar de sonrisas amarillas,
labradas en manos humildes.
Vocifera ya; el zafiro negro en su vaina.
Azadones diestros a la tierra
colocan comida en la mesa.
El tostar del café
droga mi conciencia.
Llama la cocina de mamá,
el macuy suelta su olor,
anacates de San Juan Sacatepéquez,
olores enredados en el rescoldo de mi recuerdo.
Aplaudiendo la bendición de alimentos,
tortean las mujeres de Ixmucané,
mamá: aplaude, aplaude, aplaude
dándole forma a la masa,
como lo hicieron nuestros dioses
al darle forma al hombre de maíz.
Ella con sus manos agrietadas
le agradece
a la nanita luna,
al tatito sol, ofrendando incienso.
A la tierra ofrenda un trago de licor,
y un trago para ella.
¡silencio! Mamá va a contar una deliciosa saga de su infancia:
La abuela de las serpientes.
El gato que salvó a su amo a cambio de su vida.
El pez de oro que brilló en sus nahuas.
La semilla del zorro y sus secretos.
El significado de humildad en tan bellos cuentos.
En una ocasión, baile al son del Rey Quiché,
tomé sus manos agrietadas,
y mis pies bailaron al son de sus pies cansados.
E imaginé bailar bajo la luz de la luna en los altos del ferrocarril,
acaricie las canas de su sabiduría,
hilos del material humano,
brillantes solo ante mis ojos.
Siempre supe que mi madre deseaba tener el cabello
como la enredadera del güisquil
y hoy denoto y admiro de por vida su bello güipil.
Desde niño siempre escuche que nos decían: “indios tontos”
Despreciándonos por vestir y hablar diferente.
Pero más idiota quien insultaba, pues mi madre entendía
2 idiomas.
En el terremoto de 1976,
contaba mi sagrada madre:
todos con sus champas en la finca de mi abuelo,
los dientes amarillos y las perlas negras,
fueron el alimento que mi abuelo repartió.
El azadón fue la alegría de mi padre y de mis abuelos,
como el comal lo es o lo era para mi madre.
Poesía en acelga, chipilín, epazote,
frijoles, hongos, ayotes y un sinfín
de comidas naturales
que rechacé por hijo berrinchudo y melindroso,
que hoy desearía recibir de sus propias manos.
Las tortillas recién salidas del comal de barro,
Tenían un sabor distinto,
Tenían sabor a manos de curandera casera,
Sabor a leña de pino.
Sabor a cuentos de montaña.
Sabor a regaños por amor.
Sabor a tortilla con sal.
Sabor a Prudencia y a Modestia.
Por tu culpa mamá,
hoy escribo con hilos de güipil.
bordando versos, bordando penas,
bordando alegrías.
Bordando tu cultura.
Bordando retazos para la cola del barrilete gigante
y trascender desde Xibalbá y cruzar el universo
y decirte:
Matyox nana, matyox mi viejita.
Gracias por escribirme en el libro de la vida,
Aunque tu no sabías ni leer y escribir,
Me escribiste con tortilla,
Y sin querer me convertí en tu poesía.
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