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El escritor Thomas Bernhard (1931-1989) fue testigo de su tiempo y un crítico audaz, arrogante, de espíritu indómito y altisonancia de hombre refinado del siglo XX, con predilección por lo delicado, amante de la música, del lujo y esplendor, dueño sin darse cuenta de la postura de superioridad que tanto critica en los alemanes que declararon una guerra a todas las naciones para imponerse. Bernhard repelía la estrechez, la suciedad, los malos hábitos, el olor de la pobreza, que asociaba con el de la muerte. En su pequeño libro El sobrino de Wittgenstein nos legó una pieza literaria insólita, para…
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