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REDACCIÓN SUPLEMENTOS– Doce bancos salvadoreños, entre ellos G&T Continental, firmaron el pasado 1 de octubre un Protocolo de Sostenibilidad, iniciativa que persigue poner en marcha acciones conjuntas para institucionalizar su apoyo al desarrollo sostenible de ese país.
El acuerdo suscrito estuvo a cargo de miembros de la Asociación Bancaria Salvadoreña (ABANSA) y contempla cuatro ejes estratégicos que van desde el manejo integral de recursos y cadena de valor, desarrollo de productos y servicios especializados, impactos del portafolio, y por último, programas para el desarrollo sostenible de las comunidades.
El Vicepresidente de Negocios Regionales de G&T Continental, Jochen Gándara, se mostró satisfecho después de la firma del convenio y reiteró la importancia que este tiene para el banco, pues además de articular esfuerzos en materia de sostenibilidad en la plaza salvadoreña, respaldará la estrategia de sostenibilidad que se tiene en marcha a nivel de Grupo Financiero.
Para poner en marcha las acciones se creó un comité ejecutivo que tendrá la función de generar alianzas estratégicas con actores clave, además de diseñar los programas sociales y ambientales que se alineen tanto a los ejes que identifican al protocolo, como a los objetivos específicos de cada entidad financiera signataria.
Entre las acciones articuladas que realizarán los bancos salvadoreños como parte del protocolo están el uso racional y la disminución de residuos, la adopción de prácticas de eco-eficiencia en la cadena de valor, creación de productos y servicios especializados para favorecer el desarrollo sostenible, la evaluación de los impactos ambientales y sociales dentro de los procesos de crédito e inversión, así como la creación de programas para el desarrollo sostenible de las comunidades.
Este año varios países de la región se sumaron a la ola verde y firmaron protocolos de finanzas sostenibles, entre ellos Argentina, Colombia, Honduras, y ahora El Salvador.
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El procedimiento para aprobarlo debe pasar primero por la mesa de Estados miembros para autorizar su comercialización en un plazo de siete meses.
No es un tema de Norte o Sur: necesitamos un cambio de paradigma que genere nuevas políticas.
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