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En aquel tiempo yo era prácticamente el único médico con el que podían contar en Guinea Hill. Puede que algunos de los chiquillos que ayudé a nacer entonces ejerzan hoy la medicina en el barrio, pero en aquel tiempo me ocupaba yo de todo. Llegué a querer a esa buena gente, campesinos italianos de la región al sur de Nápoles, la mayoría, viviendo en casuchas baratas e improvisadas y dedicándose a lo que fuera con tal de salir adelante, más mal que bien. Entre todas, había una casita prefabricada de madera, una caja, casi se podría decir, que despertaba mi…
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