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Te invito a mi casa. A tomar un café, solo eso. Un café a la tarde para hablar de libros y películas, para que no pensés cosas absurdas, como que pretendo enamorarte, seducirte y atraparte con algún arte antiguo. De todos modos lo nuestro no es ninguna novedad. Me interesa que vengás y echés un vistazo mientras preparo el agua para el café y elijo las tazas cuidadosamente. Vas a pensar que es un poco todo al azar y a botepronto, pero te estuve esperando, durante años. Para que entrés y tomés asiento, para que veás cómo soy, quién soy,…
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